Una de las noticias de la semana la ha protagonizado el polémico ministro José Ignacio Wert, quien, después de fomentar las subidas de tasas universitarias, evita que más jóvenes se asomen al exterior haciendo llegar los recortes a las becas Erasmus. Con este planteamiento, gran parte de los universitarios se quedaban de golpe sin un dinero con el que ya contaban para beneficiar a los de renta más baja. Todo esto ha llevado a una razonable lluvia de críticas; no le ha apoyado ni el PP, ni siquiera incluso la propia Comisión Europea. Por tanto, esta decisión, con el curso empezado, tuvo que ser rectificada a las pocas horas de hacerse público.
Algo muy lógico porque España, según el País, es uno de los países que más alumnos envía y recibe. Una ventana a Europa que permite ver nuevos horizontes: cómo funcionan las cosas en otros sitios, aprender de otras culturas, idioma/s, a convivir, a tener mejores habilidades laborales... Lo cual nos hará más tolerantes, críticos y competentes. Hay millones de historias de personas que no son solo historias de juergas de estudiantes por el continente, sino algo mucho más interesante que aporta más beneficios que inconvenientes.
Seguramente habrá que reformarla como tantas otras cosas que no funcionan bien en España, pero desde luego que la mejor solución no es eliminarlas de repente. No merece la pena acabar con uno de los mejores instrumentos con los que contamos para acabar con el desempleo juvenil y algo tan importante como es la educación. Además, el país necesita que algunos ciudadanos tengan la oportunidad de salir para tomar ejemplo de lo que van mejor para así, ayudar a mejorar la situación por la que se está pasando.
Isabel Mª Dólera. 2ºBach-A
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