Ayer lunes se efectuó en nuestro IES el simulacro anual preceptivo de incendio. Todo salió según lo previsto y además con el bonus track de la llegada de los Bomberos para calcular el tiempo de respuesta de este magnífico servicio que llegó, como no podía ser menos, a su debido tiempo. El alumnado los recibió, como tampoco podía ser menos, con máxima expectación; alguno que otro recibió también una leve lluvia de la manguera extintora, agua bendita, en todo caso. Eso sí, simulacro, paréntesis divertido y distractivo de penúltima hora lectiva; esperemos que nunca haya que padecerlo en cruda realidad. Desde luego, por eficacia organizativa (aplauso singular para Nicolás, nuestro compañero profesor que tiene encomendada esta tarea) no va a ser. Así sea.
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