En el 1958 fue fundada una banda terrorista, conocida con las siglas ETA que se sublevó contra el régimen franquista de España a través de la violencia para obtener la independencia del País Vasco. Debido a sus ideas nacionalistas, no se consideran miembros de España sino de un único estado, para ellos el País Vasco. A causa de su ideología se dedican a asesinar para sembrar el miedo en la sociedad española con el objetivo de que esta presione al estado, y este se tenga que resignar a sus peticiones (liberación de los presos de su banda, apoyo económico, armamento,…) para así cesar la matanza de víctimas inocentes.
La única verdad es que la población está alarmada por la liberación y reinserción de estos etarras que no han cumplido íntegros los años impuestos por sus crímenes cuando aún estaba vigente la doctrina Parot, y es normal porque no han cumplido su deuda con la sociedad, no han pagado el precio por asesinar a una o varias personas (como si se pudiera pagar de una forma el hecho de arrebatar la vida a un individuo) valiéndose de la vergonzosa ley impuesta por Bruselas a España. Pero aún es más lamentable que nuestro gobierno asienta y permita que otro país lidere nuestro estado de derecho y deshaga una ley votada ante sufragio universal. Recurro a la frase siempre tan mencionada en estos casos “esto solo pasa en España”, por ser una sociedad permisiva y cómoda, porque se puede decir NO, otros países ya han dicho que no a las leyes impuestas por Bruselas y no ha pasado nada porque cada Estado contiene sus normas, leyes... Y no tiene por qué imponer leyes tan inhumanas, como es el excarcelamiento de los etarras, para que sigan matando, eso es ir en contra de los derechos humanos de la sociedad española (una sociedad también europea).
Me pongo en el lugar de las víctimas del terrorismo, y no entiendo cómo puede perdurar su existencia, viendo caminar por la acera de enfrente de sus casas a los asesinos de sus familias, amigos. Su situación es un sin vivir, y en vez de recibir ayuda se les humilla con la destrucción del Estado de Derecho, pues no existe Justicia para sus muertos, y lamento que la sociedad española no les apoye en su lucha, porque todos debemos estar unidos ante tal aberración.
Mª Dolores Almela. 2ºB Bach
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